martes, 16 de noviembre de 2010

Temores

Temores.
Vendrán como ladrones sigilosos
en el silencio de la noche en calma,
percibiéndose tras los antifaces
el siniestro fulgor de sus miradas.
Y flotarás envuelta en blancos sueños,
nenúfares dormidos sobre el agua,
ajena a la sorpresa amenazante
y en quietud de caricia desmayada.
Amor, despierta,
que has dejado la entrada
del alma abierta.
Recelosos temores te circundan
en estrechos anillos de serpiente,
muerden tu piel, destilan su veneno,
y tus sueños de pronto se oscurecen.
Amordazado el grito, y en sudores
ni puedes escapar ni defenderte.
Sólo las lágrimas te quedan libres,
y en incesante flujo se te pierden.
Amor, despierta,
que has dejado la entrada
del alma abierta.
Ciérrala, amor, con bloques de granito,
las ventanas con láminas de acero,
niega el paso a la negra incertidumbre
cabalgando en el hálito del miedo.
Que yo estaré adherido a tu costado,
no mi cautiva, no tu prisionero,
libres como el suspiro de la brisa,
firmes como el ciprés mirando al cielo.
Amor, despierta,
que el alma me parece
sin tí desierta
Francisco Álvarez Hidalgo.

Música de estrellas

 
 
Música de estrellas.

Mis sentires van trazando circunstancias,
donde guardo los bellos momentos;
aquellos que habitaron mis adentros
llenando mi vida de contento...

Mis sábanas de hilo cubren tus requiebros,
y bajo mi almohada respiran aún tus besos.
Allí entibié mis versos, pulí mis estrofas,
para decorar con ellas tu rincón...

Mis sentires van trazando circunstancias
y mi alma de torcaza pone música
al nido que con plumas construí,
donde moran los instantes del ayer...

Son momentos imposibles de olvidar,
son sentires que encontraron su lugar,
fuente cristalina donde se retrata
tu silueta y en tus pupilas están las mías...

Con aroma de gardenias,
dulzor de mil panales,
suavidad de tibios nidos
y música de estrellas...

Ninfa Duarte.

Escribirte

 
ESCRIBIRTE
 
 
Escribirte, escribirte, dibujarte.
Llenarte el pelo de todas las palabras detenidas,
colgadas en el aire, en el tiempo,
en aquella rama llena
de flores amarillas del cortes
cuya belleza me pone los pelos de punta
cuando vengo bajando sola
por la carretera, pensando.
 
Definir el misterio, el momento preciso
del descubrimiento, el amor
esta sensación de aire comprimido
dentro del cuerpo curvo,
la explosiva felicidad
que me saca las lágrimas
y me colorea los ojos,
la piel, los dientes, mientras voy
volviéndome flor, enredadera,
castillo, poema,
entre tus manos que me acarician
y me van deshojando,
sacándome las palabras,
volteándome de adentro para afuera,
chorreando mi pasado,
mi infancia de recuerdos felices,
de sueños, de mar reventando contra los años,
cada vez más hermoso y más grande,
más grande y más hermoso.
 
Cuando puedo agarrar la ilusión,
empuñarla en la mano
y soltártela en la cara como una paloma feliz
que saliera a descubrir la tierra
después del diluvio,
descubrirte hasta en los reflejos
más ignorados,
irte absorbiendo lentamente,
como un secante, perdiéndome,
perdiéndonos los dos,
en la mañana en que hicimos el amor
con todo el sueño, el olor,
el sudor de la noche salada
en nuestros cuerpos,
untándonos el amor,
chorreándolo en el piso
en grandes olas inmensas,
buceando en el amor,
duchándonos con el amor que nos sobra.
 
Gioconda Belli.

Un te quiero...y un talvez

  No
 

Un te quiero...y un tal vez.

Una cierta inquietud me camina
y se instala aquí en mi pecho.
Es un dulce escozor de algo incierto,
una  agradable sensación ya conocida.
La distancia pone un toque de “tal vez”
y tus palabras la suavidad de un “te quiero”.

Este otoño que caduca en mi piel
se revuelve inquieto ante la brisa
que me trae recuerdos de sentires,
Momentos casi olvidados en un recodo del ayer,
entonando una balada suavemente
en el hueco sutil de mi almohada.

Una cierta inquietud me vive
y amanece en mis pupilas displicentes,
con tu imagen lejana, casi ausente,
repitiendo suavemente un “te quiero”
que mi alma recoge como un “tal vez”

Ninfa Duarte.

La sed insaciable

 
 
La Sed Insaciable
 
Decir adiós... La vida es eso.
Y yo te digo adiós, y sigo...
Volver a amar es el castigo
de los que amaron con exceso
Amar y amar toda la vida,
y arder en esa llama.
Y no saber por qué se ama...
Y no saber por qué se olvida...
Coger las rosas una a una,
beber un vino y otro vino,
y andar y andar por un camino
que no conduce a parte alguna.
Sentir más sed en cada fuente
y ver más sombra en cada abismo,
en este amor que es siempre el mismo,
pero que siempre es diferente.
Porque en sordo desacuerdo
de lo soñado y lo vivido,
siempre, del fondo del olvido,
nace la muerte de un recuerdo.
Y en esta angustia que no cesa,
que toca el alma y no la toca,
besar la sombre de otra boca
en cada boca que se besa.
José Ángel Buesa.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Flan de kiwi

Flan de Kiwi

Ingredientes:
* 6 kiwis
* 100 gr de azúcar
* 4 yemas de huevo
* 1 vara de vainilla
* 3 cucharaditas de caramelo líquido
* 1 lata de leche condensada
Preparación:
- Pela cinco kiwis, córtalos y tritúralos. En un cazo, bate las yemas con el azúcar hasta que quede bien mezclado.
- En una cacerola aparte, deja que la leche hierva con la varita de vainilla. Una vez que ha hervido retira la vainilla y junta la leche con las yemas. Mezcla bien, deja reposar unos minutos y cuélalo.
- Pon los kiwis en la mezcla y agrégala en una flanera previamente caramelizada.
- Hornea a baño maría durante unos 45 minutos. Pela el kiwi restante y córtalo en rodajas. Desmolda el flan y adórnalo con las rodajas de kiwi por encima.