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viernes, 20 de mayo de 2011

Reflexion

 
EL AMOR Y EL OLVIDO
 
 Por qué siempre me acompañas? preguntó el Amor al Olvido.
- No te has dado cuenta Amor, que soy tu fiel amigo.
- Cómo puede ser esto? replicó el Amor, si siempre se ama el recuerdo cuando existo yo.
- Deja que te explique mi querido Amor: De las cosas bellas, de los momentos de pasión del fuego que incendia, cuando se aman dos. Esos momentos no los borro, los atesora el corazón. Me encargo que no recuerden que también dueles Amor. Cuando no eres correspondido, cuando hace falta tu calor, cuando brotan de los ojos ríos cuando uno de los dos falló. Hago olvidar las distancias, y el tiempo que les faltó.
- Ahora comprendo dulce Olvido, en mi andar tu función haces llevadero mi paso por sus vidas.
- Eso intento mi buen Amor.

 C. Jackman Ojeda.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Reflexion


Las metas*
Nadie alcanza la meta con un solo intento, ni perfecciona la vida con una sola rectificación, ni alcanza altura con un solo vuelo. Nadie camina la vida sin haber pisado en falso muchas veces.

Nadie recoge cosecha sin probar muchos sabores, enterrar muchas semillas y abonar mucha tierra. Nadie mira la vida sin acobardarse en muchas ocasiones, ni se mete en el barco sin temerle a la tempestad, ni llega a puerto sin remar muchas veces.

Nadie siente el amor sin probar sus lágrimas, ni recoge rosas sin sentir sus espinas. Nadie hace obras sin martillar sobre su edificio, ni cultiva amistad sin renunciar a sí mismo. Nadie llega a la otra orilla sin haber hecho puentes para pasar. Nadie deja el alma lustrosa sin el pulimento diario de la vida.

Nadie puede juzgar sin conocer primero su propia debilidad. Nadie consigue su ideal sin haber pensado muchas veces que perseguía un imposible. Nadie conoce la oportunidad hasta que esta pasa por su lado y la deja ir. Nadie encuentra el pozo del placer hasta caminar por la sed del desierto.

Pero nadie deja de llegar, cuando se tienen la claridad de un don, el crecimiento de la voluntad, la abundancia de la vida, el poder para realizarse y el impulso de sí mismo. Nadie deja de arder con fuego dentro sin antes saber lo que es el calor de la amistad. Nadie deja de llegar cuando de verdad se lo propone.

Si atacas todo lo que tienes y confias en ti, esfuérzate, ¡porque lo vas a lograr!

Reflexion


El coleccionista de insultos

En los días que corren es conveniente cederle un espacio a esta alegoría budista que transcribe Paulo Coelho y que hará pensar a muchos.

Cerca de Tokio vivía un gran samuray, ya anciano, que se dedicaba a enseñar el budismo zen a los jóvenes. A pesar de su edad, corría la leyenda de que era capaz de vencer a cualquier adversario. Cierto día un guerrero conocido por su total falta de escrúpulos pasó por la casa del viejo. Era famoso por utilizar la técnica de la provocación: esperaba que el adversario hiciera su primer movimiento y, gracias a su inteligencia privilegiada para captar los errores, contraatacaba con velocidad fulminante. El joven e impaciente guerrero jamás había perdido una batalla. Conociendo la reputación del viejo samuray, estaba allí para derrotarlo y aumentar aún más su fama.

Los estudiantes de zen que se encontraban presentes se manifestaron contra la idea, pero el anciano aceptó el desafío. Entonces fueron todos a la plaza de la ciudad, donde el joven empezó a provocar al viejo. Arrojó algunas piedras en su dirección, lo escupió en la cara y le gritó todos los insultos conocidos, ofendiendo incluso a sus ancestros. Durante varias horas hizo todo lo posible por sacarlo de casillas, pero el viejo permaneció impasible. Al final de la tarde, ya exhausto y humillado, el joven guerrero se retiró de la plaza.

Decepcionado por el hecho de que su maestro aceptara tantos insultos y provocaciones, los alumnos le preguntaron:
- ¿Cómo ha podido soportar tanta indignidad? ¿Por qué no usó su espada, aun sabiendo que podría perder la lucha, en vez de mostrarse como un cobarde ante todos nosotros?

El viejo samuray repuso:
- Si alguien se acerca a ti con un regalo y no lo aceptas, ¿a quién le pertenece el regalo?
- Por supuesto, a quien intentó entregarlo -respondió uno de los discípulos.
- Pues lo mismo vale para la envidia, la rabia y los insultos -añadió el maestro-. Cuando no son aceptados, continúan perteneciendo a quien los cargaba consigo.

Nadie nos agrede o nos hace sentir mal: somos los que decidimos cómo sentirnos. No culpemos a nadie por nuestros sentimientos: somos los únicos responsables de ellos. Eso es lo que se llama asertividad.

Reflexion


La casa imperfecta* 

Un maestro de construcción ya entrado en años estaba listo para retirarse a disfrutar sun pensión de jubilación. Le contó a su jefe acerca de sus planes de dejar el trabajo para llevar una vida más placentera con su esposa y su familia. Iba a extrañar su salario mensual, pero necesitaba retirarse; ya se las arreglarían de alguna manera.

El jefe se dio cuenta de que era inevitable que su buen empleado dejara la compañía y le pidió, como favor personal, que hiciera el múltimo esfuerzo: construir una casa más. El hombre accedió y comenzó su trabajo, pero se veía a las claras que no estaba poniendo el corazón en lo que hacía. Utilizaba materiales de inferior calidad, y su trabajo, lo mismo que el de sus ayudantes, era deficiente. Era una infortunada manera de poner punto final a su carrera.

Cuando el albañil terminó el trabajo, el jefe fue a inspeccionar la casa y le extendió las llaves de la puerta principal. "Esta es tu casa, querido amigo -dijo-. Es un regalo para ti".

Si el albañil hubiera sabido que estaba construyendo su propia casa, seguramente la hubiera hecho totalmente diferente. ¡Ahora tendría que vivir en la casa imperfecta que había construido!

Construimos nuestras vidas de manera distraida, reaccionando cuando deberíamos actuar, y sin poner en esa actuación lo mejor de nosotros. Muchas veces, ni siquiera hacemos nuestro mejor esfuerzo en el trabajo. Entonces de repente vemos la situación que hemos creado y descubrimos que estamos viviendo en la casa que hemos construido. Si lo hubiéramos sabido antes, la habríamos hecho diferente.

La conclusión es que debemos pensar como si estuviésemos construyendo nuestra casa. Cada día clavamos un clavo, levantamos una pared o edificamos un techo. Construir con sabiduría es la única regla que podemos reforzar en nuestra existencia. Inclusive si la vivimos sólo por un día, ese día merece ser vivido con gracia y dignidad.

La vida es como un proyecto de hágalo-usted-mismo. Su vida, ahora, es el resultado de sus actitudes y elecciones del pasado. ¡Su vida de mañana será el resultado de sus actitudes y elecciones de hoy!

Reflexion


El árbol de los problemas*
El carpintero que había contratado para que me ayudara a reparar una vieja granja acababa de finalizar su primer día de trabajo. Su cortadora eléctrica se había dañado, haciéndole perder una hora de trabajo, y su viejo camión se negaba a arrancar.

Mientras lo llevaba a su casa, permaneció en silencio. Cuando llegamos, me invitó a conocer a su familia. Mientras nos dirigíamos a la puerta, se detuvo brevemente frente a un pequeño árbol y tocó las puntas de las ramas con ambas manos.

Cuando se abrió la puerta, ocurrió una sorprendente transformación. Su bronceada cara estaba plena de sonrisas. Abrazó a sus dos pequeños hijos y le dio un beso entusiasta a su esposa.

De regreso me acompañó hasta el carro. Cuando pasamos cerca del árbol, sentí curiosidad y le pregunté acerca de lo que lo había visto hacer un rato antes.

"Este es mi árbol de problemas -contestó-. Sé que no puedo evitar tener problemas en el trabajo, pero una cosa es segura: los problemas no pertenecen a la casa, ni a mi esposa, ni a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el árbol cada noche cuando llego a casa, y en la mañana los recojo otra vez. Lo divertido, -dijo sonriendo- es que cuando salgo a recogerlos, no hay tantos como los que recuerdo haber colgado la noche anterior".


Extraído del libro "La culpa es de la vaca"

Reflexion


Veremos*

Mi amigo tiene una granja. Como le encanta hacer las cosas a la antigua, no posee ningún equipo mecánico y usa un caballo para arar su campo. Un día, mientras estaba arando, el caballo se desplomó, muerto. En el pueblo todos compadecieron a mi amigo.

- ¡Oh, qué terrible que le haya sucedido eso! -le dijeron.

Él se limitó a contestar:

- Veremos.

Estaba tranquilo y en paz, y admirábamos tanto su actitud que nos pusimos de acuerdo y le regalamos un caballo.Entonces la reacción general fue exclamar:

- ¡Qué hombre de suerte!

Y él dijo:

- Veremos.

Unos días después el caballo, que aún desconocía la granja, saltó una cerca y escapó, y todos exclamaron:

- ¡Oh, pobre hombre!

- Veremos -dijo él de nuevo.

Y lo mismo repitió una semana después, cuando el caballo regresó seguido por una docena de potros sin domar.

Al día siguiente, su hijo salió a pasear a caballo, se cayó y se rompió la pierna.

- ¡Pobre muchacho! -se compadeció todo el pueblo.

Y mi amigo dijo:

- Veremos.

Pocos días después llegó al pueblo el ejército, para reclutar a todos los jóvenes en edad de prestar servicio militar, pero a su hijo lo dejaron porque tenía la pierna rota.

- ¡Vaya chico con suerte! -comentaron los vecinos.

Y mi amigo dijo:

- Veremos.

También nosotros tenemos que aprender a dar un paso atrás, tomar distancia y decir: "Veremos". En vez de juzgar lo que nos sucede en la vida y decir qué es bueno y qué es malo, justo o injusto, debemos reconocer que en sí mismo nada es bueno o malo, y que cualquier cosa puede ayudarnos a entrar nuevamente en armonía con el plan del universo.




Extraído del libro "La culpa es de la vaca"

Reflexion


Veremos*

Mi amigo tiene una granja. Como le encanta hacer las cosas a la antigua, no posee ningún equipo mecánico y usa un caballo para arar su campo. Un día, mientras estaba arando, el caballo se desplomó, muerto. En el pueblo todos compadecieron a mi amigo.

- ¡Oh, qué terrible que le haya sucedido eso! -le dijeron.

Él se limitó a contestar:

- Veremos.

Estaba tranquilo y en paz, y admirábamos tanto su actitud que nos pusimos de acuerdo y le regalamos un caballo.Entonces la reacción general fue exclamar:

- ¡Qué hombre de suerte!

Y él dijo:

- Veremos.

Unos días después el caballo, que aún desconocía la granja, saltó una cerca y escapó, y todos exclamaron:

- ¡Oh, pobre hombre!

- Veremos -dijo él de nuevo.

Y lo mismo repitió una semana después, cuando el caballo regresó seguido por una docena de potros sin domar.

Al día siguiente, su hijo salió a pasear a caballo, se cayó y se rompió la pierna.

- ¡Pobre muchacho! -se compadeció todo el pueblo.

Y mi amigo dijo:

- Veremos.

Pocos días después llegó al pueblo el ejército, para reclutar a todos los jóvenes en edad de prestar servicio militar, pero a su hijo lo dejaron porque tenía la pierna rota.

- ¡Vaya chico con suerte! -comentaron los vecinos.

Y mi amigo dijo:

- Veremos.

También nosotros tenemos que aprender a dar un paso atrás, tomar distancia y decir: "Veremos". En vez de juzgar lo que nos sucede en la vida y decir qué es bueno y qué es malo, justo o injusto, debemos reconocer que en sí mismo nada es bueno o malo, y que cualquier cosa puede ayudarnos a entrar nuevamente en armonía con el plan del universo.




Extraído del libro "La culpa es de la vaca"

jueves, 21 de abril de 2011

Cerrando Etapas

Cerrando Etapas
Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida
Si insistes en permanecer en ella, más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto.
Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos.  Como quieras llamarlo, lo importante es poder cerrarlos,  dejar ir momentos de la vida que se van clausurando
 
¿Terminó con su trabajo?,   ¿Se acabó la relación?,    ¿Ya no vive más en esa casa?,  ¿Debe irse de viaje?,   ¿La amistad se acabó?
¿Ya no eres un niño?
Puede pasarse algún tiempo de su presente   "repasando" los “porqués”,  rebobinando el casette para tratar de entender   por qué sucedió tal o cual hecho.
 
El desgaste sería infinito porque en la vida,  usted, yo, su amigo, sus hijos,  sus hermanas, todos y todas,  estamos abocados a ir cerrando capítulos, a pasar la hoja, a terminar con etapas o  con momentos de la vida y seguir adelante.
No podemos estar en el presente añorando el pasado.          
Ni siquiera preguntándonos por qué.  Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltar, hay que desprenderse.
 No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos,  ni empleados de empresas inexistentes,  ni tener vínculos con quien no quiere  estar vinculado a nosotros.
 
No ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir! Por eso a veces es tan importante destruir recuerdos, regalar pertenencias cambiar de casa, tirar documentos, vender o regalar tus libros. Los cambios externos pueden simbolizar  procesos interiores de superación.
Dejar ir, soltar, desprenderse.
En la vida nadie juega con las cartas marcadas,  y hay que aprender a perder y a ganar.  Hay que dejar ir, hay que pasar la hoja,  hay que vivir con sólo lo que tenemos en el presente!  El pasado ya pasó.
Por eso .... cierre, clausure, limpie, tire, oxigene, despréndase, sacuda, suelte.
Hay tantas palabras para expresar esa salud esencial
Y  cualquiera que sea la que escoja,
le ayudará definitivamente a seguir
para adelante con confianza.
 ¡Esa es la vida!
Paulo Coelho.
 

domingo, 10 de abril de 2011

Bella reflexion


CUÁNTO VALE UNA MUJER
En una breve conversación,
un hombre le pregunta a una mujer lo siguiente:
"¿Qué tipo de hombre estas buscando?"
Ella se quedó un momento callada antes de verlo a los ojos y le dijo:
"¿En verdad quieres saber?" Él respondió "Sí"
Ella empezó a decir, "Siendo mujer en esta época,
estoy en una posición de pedirle a un hombre
lo que yo sola no puedo hacer por mí.
Yo pago todas mis facturas, yo me encargo de mi casa,
yo voy al súper, yo hago las compras y
todo sin la ayuda de un hombre.
Yo estoy en la posición de preguntar,
¿Qué es lo que tú puedes aportar en mi vida?"
El hombre se le quedó viendo.
Él claramente pensó que ella se estaba refiriendo al dinero.
Ella rápidamente sabiendo lo que él estaba pensando dijo,
"No me estoy refiriendo al dinero.
Yo necesito algo más. Yo necesito un hombre que luche
por la perfección en todos los aspectos de la vida".
Él cruzó los brazos se recargo en la silla y
mirándola le pidió que le explicara.
Ella dijo, "Yo busco a alguien que luche por la perfección mental,
porque yo necesito a alguien con quien conversar
y que me estimule mentalmente.
Yo No necesito a alguien mentalmente simple."
"Yo estoy buscando a alguien que luche por la perfección espiritual,
porque yo necesito a alguien con quien compartir mi fe en Dios.
Yo necesito a alguien suficientemente sensible
para que me comprenda
por lo que yo paso en la vida como mujer,
pero suficientemente fuerte para darme ánimos
y no dejarme decaer."
"Yo estoy buscando a alguien el cual yo pueda respetar.
Para poder ser sumisa, yo debo respetarlo.
Yo no puedo ser sumisa con un hombre
que no pueda arreglar el mismo sus problemas.
Yo No tengo ningún problema con el ser sumisa
(simplemente él tiene que merecerlo)..
Dios hizo a la mujer para ayudar al hombre.
Yo no puedo ayudar a un hombre
que no se puede ayudar a si mismo."
Cuando terminó lo vio a los ojos y él se veía muy confundido
y con interrogantes.
Él le dijo "Estas pidiendo mucho"
Ella le contestó... "Yo valgo mucho"
.
Autor anónimo.

jueves, 3 de marzo de 2011

Reflexion





 2.png 07 picture by Zafiro_2008_2008
La alegría y la tristeza

 La alegría es la tristeza desenmascarada y el pozo del que brota nuestra risa, es el mismo que colma nuestras lágrimas.
 
Mientras más hondo cava el dolor dentro de nosotros y más profunda se hace nuestra herida, más cabida habrá para nuestro gozo, más espacio habrá para la alegría.
Cuando estés feliz mira profundo en tu corazón y verás que lo que te causó dolor ahora te da alegría.
Si estás triste, mira en tu corazón y verás que lloras por lo que fue el motivo de tu felicidad.
La alegría y la tristeza son inseparables, y cuando una está sentada a tu mesa la otra, está dormida en tu lecho.
Sólo cuando vivimos alegrías y tristezas podemos estar quietos, en equilibrio, en paz.

 Autor: Kalil Gibrán
 

viernes, 25 de febrero de 2011

Reflexion 


Hoy, y todos los días, uno debe dar más de lo que le pagan por hacer. La victoria del éxito se habrá ganado a la mitad cuando uno aprenda el secreto de dar más de lo que se espera en todo lo que uno hace. Hay que hacerse tan valioso en su trabajo que más adelante uno se vuelva indispensable. Uno debe ejercer su derecho de recorrer ese kilómetro adicional y disfrutar de todos los beneficios que recibirá. ¡Bien se los merece!

Andrew Carnegie dijo que había dos tipos de personas que nunca lograban mucho en la vida. Una es la persona que no quiere hacer lo que le dicen que haga, y la otra es la persona que sólo hace lo que le dicen que haga. Y cuando se le preguntó a Walter Chrysler qué era lo que más necesitaba su planta, repuso: - Diez buenos hombres que no estén atentos al silbato ni se la pasen pendientes de la hora en la carátula del reloj.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Vocabulario de la vida


 

  
                                       
         
 Vocabulario de la vida
Pequeño diccionario para entender más profundamente el
significado de algunas palabras muy importantes en la vida
 de cualquier persona, explicado con el sentimiento, sin la
 formalidad de las reglas gramaticales o ataduras filosóficas.
Amigo : Alguien que se queda para ayudar cuando todo el mundo
 se aparta.
Adiós : Cuando el corazón que parte deja
 la mitad con quien se queda.
Amor al prójimo : Cuando el extraño pasa a ser el amigo
 que todavía no abrazamos.
 Caridad : Cuando las personas tienen hambre, sólo hay una
oblea y se reparte.
Cariño : Cuando una persona no encuentra ninguna palabra
para expresar lo que siente y dice con las manos, poniendo
 adulación en cada dedo.
Celos : Cuando el corazón se siente apretado porque no confía
en sí mismo.
Adoctrinamiento: Cuando una persona conversa con el Espíritu
poniendo el corazón en cada palabra.
Cordialidad: Cuando amamos mucho a una persona y tratamos
 a todo el mundo de la misma forma en que la tratamos a ella.
 Evangelio: Un libro que sólo se lee bien con el corazón.
Evolución : Cuando uno está adelante y siente ganas de buscar
 a quien quedó atrás Hijos: Cuando Dios entrega una joya
en nuestras manos y recomienda cuidarla.
Fe: Cuando una persona dice que va a escalar un Everest
y el corazón ya se considera hecho.
 Hambre: Cuando el estómago manda un pedido a la boca y la
 silencia. Entendimiento: Cuando un viejito camina despacio
delante nuestro y nosotros, estando  apurados, no nos quejamos.
Envidia: Cuando una persona todavía no descubrió que puede
 ser más y mejor que el otro.
 Enemistad: Cuando alguien empuja  la línea del afecto bien lejos.
 Lealtad: Cuando alguien prefiere morir antes de traicionar
 a quien ama.
Lágrima: Cuando el corazón le pide a los ojos que hablen  por él.
 Dolor: Una espina que las personas ponen en el
corazón y se olvidan de sacar.
Maldad: Cuando arrancamos las alas del ángel que deberíamos ser.
 Muerte: Quiere decir viaje, transferencia o cualquier
 cosa con aroma de eternidad.
Perfume: Cuando aún con los ojos cerrados, uno reconoce a quien
 nos hace feliz.
Nieto: Cuando Dios siente pena de los abuelos y manda
ángeles para alegrarlos.
Orgullo : Cuando uno es una hormiga
 e intenta convencer a los demás de que es un elefante.
Odio: Cuando plantamos trigo todo el año y cuando las
espigas están maduras quemamos todo en un día.
 Perdón: Una alegría que uno da y pensaba que jamás tendría.
Paz: El premio de quien cumple honestamente el deber.
 Obsesión: Cuando el espíritu duele, echa a la compasión e invita
 a la venganza para vivir con él.
 Pesimismo: Cuando uno pierde la capacidad de ver colores.
Rabia: Cuando ponemos una muralla en el camino de la paz.
 Pereza: Cuando entra un virus en el coraje y duele.
Simplicidad: El comportamiento de quien comienza a ser sabio.
Sexo: Es cuando una persona ama tanto al otro que desea
 vivir en su interior.
 Extrañar: Estando lejos, sentir ganas de volar; y estando
 cerca, querer detener el tiempo.
Superfluo: Cuando nuestra sed necesita un trago de agua y
 pedimos un río entero.
Soledad: Cuando estamos cercados por personas, pero el
 corazón no ve a nadie cerca.
Ternura: Cuando alguien nos mira y nuestros ojos brillan
como dos estrellas.
 Sinceridad: Cuando nos expresamos como si el otro estuviese
 del otro lado del espejo.
Vanidad: Cuando uno cambia su esencia por otra;
 generalmente peor.
 
          ( Texto extraído del libro: “ El Hombre que Vino de la Sombra" )   
              
   

martes, 8 de febrero de 2011

Amistad

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AMISTAD
Era una vez un hombre pobre pero de mucho coraje que se llamaba Ali.
Trabajaba para Ammar, un viejo y rico comerciante.
Cierta noche de invierno dice Ammar:
“Nadie puede pasar una noche así en lo alto de la montaña,
sin frazada y sin comida. Pero tu necesitas de dinero y si consigues hacer eso,
recibirás una gran recompensa.
Si no lo consigues, trabajarás gratis por treinta días”.
Ali respondió: “Mañana cumpliré esa prueba”.
Pero al salir del negocio vio que realmente soplaba un viento helado y tuvo miedo.
Resolvió preguntarle a su mejor amigo, Aydi, si no le parecía una locura hacer
esa apuesta.
Después de reflexionar un poco Aydi le respondió: “Voy a ayudarte.
Mañana cuando estés en lo alto de la montaña mira hacia el frente.
Yo estaré también en lo alto de la montaña vecina, pasaré la noche
entera con una fogata encendida para ti. Mira para el fuego,
piensa en nuestra amistad, y eso te mantendrá abrigado.
Tu vas a conseguir y después yo te pediré algo en cambio”.
Ali venció la prueba, tomó el dinero y fue hasta la casa de suamigo:
“Tu me dijiste que querías algo en pago”.
Aydi le respondió: “Si, pero no en dinero.

Prométeme que, si en algún momento el viento frío pasa por mi
vida, encenderás para mi el fuego de la amistad.”

Paulo Coelho
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viernes, 28 de enero de 2011

Poldy Bird Soledad

De que color la pintarías si tuvieras que ponerle un color? Creo que no la pintaría. No me atrevería a entristecer tanto un color, a quitarle hasta el último aliento de su energía vital. La soledad es un buitre que vuela en círculos sobre nuestra cabeza... Alto... Lejos.... Al principio no la vemos.. Mientras estamos en movimiento, no se atreve a acercarse, pero en cuanto bajamos los brazos y nos quedamos quietos un instante...zas! ...,baja en picada, arremete contra nuestros pensamientos, los picotea, los arranca, los tira a un costado... Y quien querrá acercarse a nosotros, en medio de un basural de preguntas rotas, de palabras asfixiadas, de recuerdos gravemente heridos? La soledad es engañosa. Parece, cuando no la conocemos bien, un paraíso de tranquilos aires, un sereno lugar en el que podemos reposar dejando de lado la mochila de las ansiedades y el cansancio... Ah...que apacible silencio... Ah...que oportunidad especial para poner en orden las ideas. Para esclarecernos... Para bucear en nuestro interior buscando el alma... Pero no... Es una trampa! La noche ocupa todo; borra los rosales, mata los pájaros perdidos; se mete en las pupilas hasta dejarnos ciegos; se mete en los resquicios de imágenes y voces. No nos deja nada. Ni sueños. Ni fuerzas. Ni ganas. La garganta no quiere dar el grito para pedir ayuda. Los brazos no se despegan del cuerpo, laxos... La soledad nos saca las caricias de las manos. Nos deja poco aire, para que aparezca esa sensación de opresión en el pecho. En un primer momento...hasta parece cómoda. Que cómodo estar solos. Que cómodo no tener que dar cuenta de nuestros actos. Que cómodo no tener que compartir, ni pedir, ni tener en cuenta a alguien mas. Que cómodo no preguntar y que no nos pregunten. No tener horarios. No tener que acordarse si le gusta o no le gusta... Nos parece que la soledad es sinónimo de libertad. Hasta que tratamos de prender la luz, y no hay luz. Encender un fósforo, y no prende... Esperamos la llegada de la mañana, pero pasan las horas y las horas...y la mañana no llega. La mañana es un resplandor allá, mas allá, mucho mas allá...apenas se vislumbra...algo levemente mas claro que la noche interminable. La soledad nos ha atrapado. Creímos en sus mentiras. Nos metimos en su jardín invisible. Nadie nos oye. Nadie nos ve. Es tan fácil para los otros no oírnos, no vernos! Es tan fácil para los demás darnos por desaparecidos, tachar nuestros nombres de sus agendas, sacarnos de la lista de invitados, correr la silla para estar mas cómodos ocupando un pedazo de nuestro lugar... Vamos. No te resignes. No te duermas. No cedas tu espacio. La soledad no es invencible, es maligna y frágil, la luz le causa espanto y se vuelve cenizas cuando la otra mano se aferra a tu mano, ese relámpago de calor la mata. Vamos. Muévete. Hay que correr y traspasar la puerta, entrar decir: Ya Llegue!!... Y alguien caminara hacia vos, te extenderá los brazos, te refugiara en ellos y empezaras a hablar de cualquier cosa, hablar, hablar, barrer los silencios, tomar lo que te dan, darte y haber aprendido que vivir es una batalla contra la soledad. Y podemos vencerla. Porque, aunque nadie responda cuando decimos "ya llegue"...podemos inventarnos una respuesta, traerla del pasado... O empezar a buscarla..

lunes, 10 de enero de 2011

Reflexion


Las victorias de la vida, así como las tragedias, a menudo se originan en exactamente las mismas situaciones. Cuando las circunstancias parecieran decir que lo más probable sería que ocurriese lo peor, suele suceder que pueda haber igual margen de probabilidad para que lo que ocurra sea lo mejor.
Nada nunca tiene que ser tan malo como parece, porque tú tienes la oportunidad de responder ante ello. Toda situación complicada tiene en si misma la semilla de una gran oportunidad.
¿Cuáles son las cosas que más te están preocupando hoy? De alguna manera, hay un camino para transformar esas dificultades en grandes logros.
Los mismos factores que te paralizan, te ofrecen a la vez los caminos para avanzar. Considéralos con una mirada positiva y los verás a la luz de una fuerza nueva y alentadora.
Nunca hay motivos suficientes como para ser víctima de las circunstancias. Siempre puedes decidir elevarte por encima de ellas.
Porque puedes ver, y aprender, y pensar, y actuar, y puedes hacer todo ello basado en un profundo sentido que te impulse a avanzar. Recuerda quién eres realmente, y no habrá ninguna circunstancia que pueda detenerte por mucho tiempo.
Gabriel Sandler