martes, 16 de noviembre de 2010

Temores

Temores.
Vendrán como ladrones sigilosos
en el silencio de la noche en calma,
percibiéndose tras los antifaces
el siniestro fulgor de sus miradas.
Y flotarás envuelta en blancos sueños,
nenúfares dormidos sobre el agua,
ajena a la sorpresa amenazante
y en quietud de caricia desmayada.
Amor, despierta,
que has dejado la entrada
del alma abierta.
Recelosos temores te circundan
en estrechos anillos de serpiente,
muerden tu piel, destilan su veneno,
y tus sueños de pronto se oscurecen.
Amordazado el grito, y en sudores
ni puedes escapar ni defenderte.
Sólo las lágrimas te quedan libres,
y en incesante flujo se te pierden.
Amor, despierta,
que has dejado la entrada
del alma abierta.
Ciérrala, amor, con bloques de granito,
las ventanas con láminas de acero,
niega el paso a la negra incertidumbre
cabalgando en el hálito del miedo.
Que yo estaré adherido a tu costado,
no mi cautiva, no tu prisionero,
libres como el suspiro de la brisa,
firmes como el ciprés mirando al cielo.
Amor, despierta,
que el alma me parece
sin tí desierta
Francisco Álvarez Hidalgo.

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