Un día como el de hoy, pero del año 1958, finaliza el Año Geofísico Internacional. El AGI se había iniciado el 1º de Julio del año anterior y durante 18 meses (la actividad solar era muy intensa y las posibilidades para la investigación cósmica inmejorables) llevó a cabo extensos estudios de la Atmósfera y la superficie terrestre. Doce naciones, de manera coordinada, y solo por interés científico, desarrollaron programas entre los que se incluían geofísica, geomagnetismo, glaciología, Atmósfera superior y meteorología. Para llevar a cabo semejante empresa, estos paises establecieron numerosas Bases en el continente Antártico. El Año Geofísico Internacional fue un verdadero éxito y un ejemplo de cooperación mundial en materia científica. En pleno apogeo de la Guerra Fría, no se interfirió en el desenvolvimiento de los programas conjuntos. Aquel clima de armonía, a pesar de las circunstancias políticas que vivía el mundo por entonces, se fue reforzando con los años y sería la semilla del Tratado Antártico. El lanzamiento de satélites científicos permitió valiosos avances. Mientras algunas naciones aplazaban sus diferencias reivindicativas, se estudiaba la actividad de las manchas solares y su incidencia en la atmósfera. Fruto de aquellos esfuerzos fue el posterior descubrimiento del agujero en la capa de ozono. Hombres de ciencia de 66 nacionalidades, procedentes de diversas disciplinas, llevaron a cabo una empresa conjunta. Nunca hasta entonces, excepto en casos de guerra, la Humanidad había movilizado a tantos y tan ilustres sabios para una causa común, en beneficio del planeta y las futuras generaciones. |
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