Un día como el de hoy, pero del año 1872, fallece en Berna (Suiza) el teórico anarquista y revolucionario ruso Mijail Alexandrovich Bakunin. De cuna aristocrática, siendo oficial de la guardia imperial, decidió abandonar el ejército para estudiar Filosofía. Cinco años después recorrió las principales capitales europeas donde trabó amistad con grandes pensadores. Tras participar en la tentativa de revolución de 1848 en París, se trasladó a Sajonia con la idea de formar una confederación de países eslavos. Un año después será detenido en Dresde, entregado a Rusia y deportado a Siberia. De allí pudo escapar para refugiarse en Londres. En Italia fundó, en 1866, la Alianza Internacional Democrática Socialista, que se integró en la Primera Internacional, presidida por Marx. Sus divergencias con éste hicieron que el movimiento anarquista se terminara desvinculando. Su pensamiento quedó expuesto en la voluminosa obra que construyó a lo largo de su azarosa y fecunda vida, donde “El llamamiento a los eslavos”, “Dios y el Estado”, “El catecismo revolucionario” y “El Estado y la anarquía” fueron sus trabajos más destacados. Su rebeldía, que empezó a los 26 años, concluyó sólo con su muerte aquel 1º de Julio de 1872. Sus ideas se propagaron pronto por Rusia, Italia, Francia, Suiza, España y América Latina. Bakunin, hombre de una convicción intelectual clara y de una resistencia heroica, fue un protagonista fundamental en el despertar de las luchas sociales producidas en el siglo XIX. Y por haber unido teoría y praxis, se convierte en la más alta figura que ha tenido el anarquismo. |
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