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martes, 1 de febrero de 2011

El llamado

El llamado


Me llaman desde allá...
larga voz de hoja seca,
mano fugaz de nube
que en el aire de otoño se dispersa.
Por arriba el llamado
tira de mí con tenue hilo de estrella,
abajo, el agua en tránsito,
con sollozo de espuma entre la niebla.
Ha tiempo oigo las voces
y descubro las señas.

Hoy recuerdo: es un día venturoso
de cielo despejado y clara tierra;
golondrinas erráticas
el camino azul puntean.
Estoy frente a la mar y en lontananza
se va perdiendo el ala de una vela;
va yéndose, esfumándose,
y yo también me voy borrando en ella.
Y cuando al fin retorno
por un leve resquicio de conciencia,
¡cuán lejos ya me encuentro de mí mismo!
¡qué mundo más extraño me rodea!

Ahora, dormida junto a mí reposa
mi amor sobre la hierba.
El seno palpitante
sube y baja tranquilo en la marea
del ímpetu calmado que diluye
espectrales añiles en su ojera.
Miro esa dulce fábrica rendida,
cuerpo de trampa y presa
cuyo ritmo esencial como jugando
manufactura la caricia aérea
el arrullo narcótico y el beso
-víspera ardiente de gozosa queja-
y me digo: Ya todo ha terminado...
Mas de pronto, despierta,
y allá en el negro hondón de sus pupilas
que son un despedirse y una ausencia,
algo me invita a su remota margen
y dulcemente sin querer me lleva.

Me llaman desde allá...
Mi nave aparejada está dispuesta,
a su redor, en grumos de silencio,
sordamente coagula la tiniebla.
Un mar hueco, sin peces,
agua vacía y negra
sin vena de fulgor que la penetre
ni pisada de brisa que la mueva.
Fondo inmóvil de sombra,
límite gris de piedra...
¡Oh soledad, que a fuerza de andar sola
se siente de sí misma compañera!

Emisario solícito que vienes
con oculto mensaje hasta mi puerta,
sé lo que te propones
y no me engaña tu misión secreta;
me llaman desde allá
pero el amor dormido aquí en la hierba
es bello todavía
y un júbilo de sol baña la tierra.
¡Déjeme tu implacable poderío
una hora, un minuto más con ella!
Luis Palés Matós

jueves, 27 de enero de 2011

Cuerpo de mujer

Cuerpo de mujer
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.

Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.

Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
Ah los vasos del pecho! Ah los ojos de ausencia!
Ah las rosas del pubis! Ah tu voz lenta y triste!Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.

autor: Pablo Neruda

jueves, 13 de enero de 2011

Soñar

 
 
SOÑAR
Soñar, Sí...nadie me puede prohibir que sueñe
porque así puedo lograr lo que yo quiero
y si acaso quieres que a soñar te enseñe...
Ven..sube a mi barca...yo seré tu remero.

El sueño para mí, es mi mejor amigo
me lleva de la mano a donde yo quiera ir...
si quieres aprender vente conmigo
ya verás lo felices que vamos a vivir.

Lo primero que has de hacer.. lo primero...
es dejarte llevar, por mí... a donde yo vaya...
Los dos navegaremos por el mundo entero
hasta que lleguemos a una lejana playa.

Ha de ser un lugar donde no haya
barreras que me impidan que te quiera
nos encerraremos detrás de una muralla
y allí... te he de amar hasta que muera.

Viviremos los dos bajo el hechizo
de vivir solamente el uno para el otro...
en un rinconcito bajo el cielo, que Dios hizo
para que sólo... viviéramos nosotros.


 
 Autor Desconocido

domingo, 2 de enero de 2011

Fin de año

Alza tu copa y brinda en esta hora
por las mùltiples posibilidades
que estàn naciendo, y nuestras voluntades
las tornaran en realidad sonora.
 
No mires a la noche, que la aurora
desperezando està sus claridades,
y enfrentaremos las adversidades
con la fuerza del alma soñadora
 
Vuelve la espalda al año que termina
haya creado bendiciòn o ruina
es el pasado y nuca ha de volver.
 
Hay amplios horizontes a la vista
y un nuevo mundo aguarda la conquista
en el año que acaba de nacer
 
FCo. Alvarez Hidalgo

viernes, 31 de diciembre de 2010

Alfonsina Storni

ESTA TARDE
Ahora quiero amar algo lejano...
Algún hombre divino
Que sea como un ave por lo dulce,
Que haya habido mujeres infinitas
Y sepa de otras tierras, y florezca
La palabra en sus labios, perfumada:
Suerte de selva virgen bajo el viento...

Y quiero amarlo ahora. Está la tarde
Blanda y tranquila como espeso musgo,
Tiembla mi boca y mis dedos finos,
Se deshacen mis trenzas poco a poco.

Siento un vago rumor... Toda la tierra
Está cantando dulcemente... Lejos
Los bosques se han cargado de corolas,
Desbordan los arroyos de sus cauces
Y las aguas se filtran en la tierra
Así como mis ojos en los ojos
Que estoy sonañdo embelesada...

Pero
Ya está bajando el sol de los montes,
Las aves se acurrucan en sus nidos,
La tarde ha de morir y él está lejos...
Lejos como este sol que para nunca
Se marcha y me abandona, con las manos
Hundidas en las trenzas, con la boca
Húmeda y temblorosa, con el alma
Sutilizada, ardida en la esperanza
De este amor infinito que me vuelve
Dulce y hermosa...
(Alfonsina Storni)

miércoles, 8 de diciembre de 2010

Y digo





Y digo

Hoy dejo que mi vida se ahogue lentamente
sumergida en tus ojos de sed y abrevadero,
y así como las nubes se enlazan al poniente,
yo digo que te quiero...
Hojas de otoño y niebla palpitan en tu frente,
presagiando tormentas de amor y ventisquero,
y mientras duerme el agua mecida por la fuente,
yo digo que te quiero...
Respiro el aire frío de aguja transparente
—diciembre se ha mojado con lágrimas de acero—,
y mientras tañe el río su plata de serpiente,
aún digo que te quiero...
Podrá la tarde triste llevarme en su corriente
hacia la noche inmensa e insomne del lucero,
pero aunque sólo sea un sueño, solamente,
aún digo que te quiero...
Rebrotas en mis ojos cuajado, permanente,
como brotan las hierbas de marzo en el estero,
y a pesar del vacío de tus manos de ausente,
yo digo que te quiero...
Se me ha llenado el alma de rosas, de repente,
y corazones pintan de rojos el sendero:
he llegado a tu orilla para cruzar el puente
y decirte... te quiero.
d/a

martes, 23 de noviembre de 2010

Confianza

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Confianza
Cuando veas oscuro tu camino
Y no tengas apoyo en derredor;
Cuando sientas incierto tu destino
Espera en el Señor.

Cuando soplan los fieros aquilones
Y ruja contra tí la tempestad,
Y te cerquen espesos nubarrones,
Espera en su Bondad.

El universo entero está en su mano,
Todo obedece su potente voz;
El, de cielos y tierra es soberano.
Espera en el Señor.
 Carlos Araujo




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martes, 16 de noviembre de 2010

Mágicos Recuerdos

 
 
Mágicos Recuerdos:
 
Como una pluma agitada por el viento
llegan recuerdos como pájaros
que hacen nido en los momentos
mágicos de mi niñez.
El barrio en invierno
la casa paterna
el frío llenando  recovecos del alma.
Mi padre, sus ojos color tiempo,
mezclando en los guisos arroz con ternura
y la dulzura hecha consejos.
Presencias, dolores
que pueblan de fantasmas miserables...
                                                   mi inocencia.
Fragancias a  glicinas y flores de almendro,
tantos seres queridos que hoy están lejos.
Una golondrina en techos de chapa,
gnomos y hadas en libros de cuentos.
La escuela, las letras,
el primer encuentro
con ese amor puro de la adolescencia.
Hoy que ha pasado tanto tiempo
y llantos y risas han llenado
 el largo camino de mi vida,
 recuerdo:
alados y mágicos momentos.
Fui feliz, bendigo mis hijos
hago las paces con el destino .
Y se agiganta tu recuerdo de hombre
te amé...no lo lamento.
 
                                   Cris Carbone.
 

Temores

Temores.
Vendrán como ladrones sigilosos
en el silencio de la noche en calma,
percibiéndose tras los antifaces
el siniestro fulgor de sus miradas.
Y flotarás envuelta en blancos sueños,
nenúfares dormidos sobre el agua,
ajena a la sorpresa amenazante
y en quietud de caricia desmayada.
Amor, despierta,
que has dejado la entrada
del alma abierta.
Recelosos temores te circundan
en estrechos anillos de serpiente,
muerden tu piel, destilan su veneno,
y tus sueños de pronto se oscurecen.
Amordazado el grito, y en sudores
ni puedes escapar ni defenderte.
Sólo las lágrimas te quedan libres,
y en incesante flujo se te pierden.
Amor, despierta,
que has dejado la entrada
del alma abierta.
Ciérrala, amor, con bloques de granito,
las ventanas con láminas de acero,
niega el paso a la negra incertidumbre
cabalgando en el hálito del miedo.
Que yo estaré adherido a tu costado,
no mi cautiva, no tu prisionero,
libres como el suspiro de la brisa,
firmes como el ciprés mirando al cielo.
Amor, despierta,
que el alma me parece
sin tí desierta
Francisco Álvarez Hidalgo.

Música de estrellas

 
 
Música de estrellas.

Mis sentires van trazando circunstancias,
donde guardo los bellos momentos;
aquellos que habitaron mis adentros
llenando mi vida de contento...

Mis sábanas de hilo cubren tus requiebros,
y bajo mi almohada respiran aún tus besos.
Allí entibié mis versos, pulí mis estrofas,
para decorar con ellas tu rincón...

Mis sentires van trazando circunstancias
y mi alma de torcaza pone música
al nido que con plumas construí,
donde moran los instantes del ayer...

Son momentos imposibles de olvidar,
son sentires que encontraron su lugar,
fuente cristalina donde se retrata
tu silueta y en tus pupilas están las mías...

Con aroma de gardenias,
dulzor de mil panales,
suavidad de tibios nidos
y música de estrellas...

Ninfa Duarte.

Escribirte

 
ESCRIBIRTE
 
 
Escribirte, escribirte, dibujarte.
Llenarte el pelo de todas las palabras detenidas,
colgadas en el aire, en el tiempo,
en aquella rama llena
de flores amarillas del cortes
cuya belleza me pone los pelos de punta
cuando vengo bajando sola
por la carretera, pensando.
 
Definir el misterio, el momento preciso
del descubrimiento, el amor
esta sensación de aire comprimido
dentro del cuerpo curvo,
la explosiva felicidad
que me saca las lágrimas
y me colorea los ojos,
la piel, los dientes, mientras voy
volviéndome flor, enredadera,
castillo, poema,
entre tus manos que me acarician
y me van deshojando,
sacándome las palabras,
volteándome de adentro para afuera,
chorreando mi pasado,
mi infancia de recuerdos felices,
de sueños, de mar reventando contra los años,
cada vez más hermoso y más grande,
más grande y más hermoso.
 
Cuando puedo agarrar la ilusión,
empuñarla en la mano
y soltártela en la cara como una paloma feliz
que saliera a descubrir la tierra
después del diluvio,
descubrirte hasta en los reflejos
más ignorados,
irte absorbiendo lentamente,
como un secante, perdiéndome,
perdiéndonos los dos,
en la mañana en que hicimos el amor
con todo el sueño, el olor,
el sudor de la noche salada
en nuestros cuerpos,
untándonos el amor,
chorreándolo en el piso
en grandes olas inmensas,
buceando en el amor,
duchándonos con el amor que nos sobra.
 
Gioconda Belli.

Un te quiero...y un talvez

  No
 

Un te quiero...y un tal vez.

Una cierta inquietud me camina
y se instala aquí en mi pecho.
Es un dulce escozor de algo incierto,
una  agradable sensación ya conocida.
La distancia pone un toque de “tal vez”
y tus palabras la suavidad de un “te quiero”.

Este otoño que caduca en mi piel
se revuelve inquieto ante la brisa
que me trae recuerdos de sentires,
Momentos casi olvidados en un recodo del ayer,
entonando una balada suavemente
en el hueco sutil de mi almohada.

Una cierta inquietud me vive
y amanece en mis pupilas displicentes,
con tu imagen lejana, casi ausente,
repitiendo suavemente un “te quiero”
que mi alma recoge como un “tal vez”

Ninfa Duarte.

La sed insaciable

 
 
La Sed Insaciable
 
Decir adiós... La vida es eso.
Y yo te digo adiós, y sigo...
Volver a amar es el castigo
de los que amaron con exceso
Amar y amar toda la vida,
y arder en esa llama.
Y no saber por qué se ama...
Y no saber por qué se olvida...
Coger las rosas una a una,
beber un vino y otro vino,
y andar y andar por un camino
que no conduce a parte alguna.
Sentir más sed en cada fuente
y ver más sombra en cada abismo,
en este amor que es siempre el mismo,
pero que siempre es diferente.
Porque en sordo desacuerdo
de lo soñado y lo vivido,
siempre, del fondo del olvido,
nace la muerte de un recuerdo.
Y en esta angustia que no cesa,
que toca el alma y no la toca,
besar la sombre de otra boca
en cada boca que se besa.
José Ángel Buesa.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Pequeño poema infantil de Ruben Dario

Poema de Alfonsina Storni

                                                Pasión





Unos besan las sienes, otros besan las manos,
otros besan los ojos, otros besan la boca.
Pero de aquél a éste la diferencia es poca.
No son dioses, ¿qué quieres?, son apenas humanos.


Pero, encontrar un día el espíritu sumo,
la condición divina en el pecho de un fuerte,
el hombre en cuya llama quisieras deshacerte
¡como al golpe de viento las columnas de humo!


La mano que al posarse, grave, sobre tu espalda,
haga noble tu pecho, generosa tu falda,
y más hondos los surcos creadores de tus senos.


¡Y la mirada grande, que mientras te ilumine
te encienda al rojoblanco, y te arda, y te calcine
hasta el seco ramaje de los pálidos huesos!

miércoles, 6 de octubre de 2010

Poemas Variados

ALFONSINA Y EL MAR
Por la blanda arena
Que lame el mar
Su pequeña huella
No vuelve más
Un sendero solo
De pena y silencio llegó
Hasta el agua profunda
Un sendero solo
De penas mudas llegó
Hasta la espuma.

Sabe Dios qué angustia
Te acompañó
Qué dolores viejos
Calló tu voz
Para recostarte
Arrullada en el canto
De las caracolas marinas
La canción que canta
En el fondo oscuro del mar
La caracola.

Te vas Alfonsina
Con tu soledad
¿Qué poemas nuevos
Fuíste a buscar?
Una voz antigüa
De viento y de sal
Te requiebra el alma
Y la está llevando
Y te vas hacia allá
Como en sueños
Dormida, Alfonsina
Vestida de mar.

Cinco sirenitas
Te llevarán
Por caminos de algas
Y de coral
Y fosforescentes
Caballos marinos harán
Una ronda a tu lado
Y los habitantes
Del agua van a jugar
Pronto a tu lado.

Bájame la lámpara
Un poco más
Déjame que duerma
Nodriza, en paz
Y si llama él
No le digas que estoy
Dile que Alfonsina no vuelve
Y si llama él
No le digas nunca que estoy
Di que me he ido.

Te vas Alfonsina
Con tu soledad
¿Qué poemas nuevos
Fueste a buscar?
Una voz antigua
De viento y de sal
Te requiebra el alma
Y la está llevando
Y te vas hacia allá
Como en sueños
Dormida, Alfonsina
Vestida de mar.


Alfonsina Storni