sábado, 12 de febrero de 2011

Dormir la siesta


Uno de los beneficios de dormir la siesta es un aumento de la creatividad y de la concentración en el trabajo y los estudios.
La luz eléctrica, la televisión y los turnos en las fábricas, han propiciado una disminución de una hora de sueño entre principios del siglo XX y éste. También, aunque madrugamos, mantenemos nuestra costumbre de cenar y acostarnos tarde y restamos cada vez más horas de sueño.
Estudios científicos de todo el mundo cada día demuestran lo sana y reparadora que es la siesta. Un sueño corto por la tarde, no necesariamente después de comer, aumenta la productividad, la creatividad, la capacidad de resolver problemas y mejora el estado de ánimo del empleado que trabajará más y mejor. Aumenta también la concentración, lo que previene accidentes laborales.
Los beneficios no sólo afectan al mundo laboral. Los escolares también merecen y necesitan una siesta. En este caso una hora de sueño de sobremesa produce un descanso para la mente equivalente a ocho horas de descanso, ya que favorece el aprendizaje y la memoria.

Aunque no todo son beneficios, la siesta tiene algunos puntos en contra, aunque son problemas puntuales. En determinados casos, si la siesta es prolongada, la persona puede encontrarse incluso más cansada que antes de dormir, aparte de trastornar el sueño nocturno. El tiempo que puede durar una siesta depende de cada uno.
Si después de haber dormido las ocho horas de sueño recomendado, se necesita de una siesta larga para estar descansado, puede ser síntoma de apneas de sueño, una afección que suelen padecer las personas obesas o los fumadores y que consiste en la falta de aire de forma intermitente durante el sueño, por lo que no se llega a dormir profundamente y al levantarse se está cansado.

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